CASMAR nos habla sobre los generadores de aerosol como sistema de extinción de incendios: funcionamiento, ventajas, características y la normativa aplicable.

 

Los generadores de aerosol son un sistema de extinción que emplea un compuesto formado por sales de potasio que, tras su activación, genera un aerosol altamente eficaz y de rápida expansión que se comporta de igual forma que un gas, ocupando todo el volumen de un recinto a proteger.

Es un sistema de extinción que actúa directamente sobre la reacción en cadena que propicia el incendio, con lo que eliminan los radicales libres de la llama y extingue el fuego sin agotar ni desplazar el oxígeno, siendo inocuo para las personas.

Debido a las ventajas que este tipo de sistema posee, se convierte en una gran alternativa a los sistemas fijos de extinción por gas.

En cuanto al diseño, instalación, puesta en marcha y mantenimiento, el sistema es muy sencillo y precisamente esta es una de las mayores ventajas, al únicamente ser necesaria la mecanización del soporte del generador (o generadores) en un riesgo determinado y una señal eléctrica de disparo (24 V) para su activación.

Ventajas

  • En su conjunto, es un sistema de extinción más económico, en primer lugar, por los propios equipos. Además, son válidos para cualquier riesgo de extinción ya sea pequeño o grande. Sólo hay que calcular el volumen total del riesgo a proteger y en función del resultado, se coloca un modelo y cantidad determinada, para conseguir el montante de carga extintora deseado.
  • También se considera más económico en términos de simplificar el diseño y la instalación. Una extinción por generadores de aerosol:
      • No requiere de cálculo hidráulico
      • No requiere montaje de tubería
      • No requiere de amplio espacio para los equipos
      • No requiere pruebas de presurización

De esta forma, se ahorra tiempo de cálculo, planteamiento de instalación y muchísimo tiempo de instalación.

  • Los generadores son pequeños y fáciles de ubicar e instalar.
  • No son equipos a presión, con lo que no es necesario el retimbrado, ni el pesaje. El mantenimiento es muchísimo más sencillo que las instalaciones de extinción por gas.
  • La vida útil de los generadores de aerosol suele ser larga, llegando en algunos casos determinados (dependiendo de la marca) hasta los 15 años.
  • No es tóxico para los seres humanos.
  • No es perjudicial para el medio ambiente.
  • No es corrosivo y no daña el equipamiento existente en caso de una activación.
  • No es peligroso para los seres humanos. Este punto es importantísimo, ya que hay gases que actúan desplazando el oxígeno, lo que puede ser crítico en riesgos de extinción donde haya ocupantes.

 Otras características destacables

  • Otro punto destacable es la efectividad, que es igual a la de un sistema por gas. Además, mantiene una inertización en el riesgo que impide que haya reactivaciones posteriores.
  • En cuanto a la limpieza, un disparo de un aerosol deja una capa de polvo fina, pero no es equiparable a la suciedad que dejaría un extintor o un espumógeno.
  • Es eficaz contra varios tipos de fuegos (A, B, C y F).
  • Posibilidad de activación eléctrica o térmica (dependiendo de la marca).
  • Por su concepto de actuación como un gas, se usa en aplicaciones que requieran inundación total pero, a diferencia de los gases, es compatible con pequeñas aperturas.

Normativa aplicable

Los generadores de aerosoles deben cumplir con las normas EN 15276 e ISO 15579.

La norma EN 15276 es muy similar a la ISO 15579, básicamente estableciendo un marco regulatorio en el que los fabricantes deben confiar para diseñar y producir estos sistemas. Por lo tanto, los sistemas de aerosoles condensados deben pasar pruebas para verificar su efectividad y funcionamiento, de modo que puedan comercializarse. Otro aspecto importante de la norma es que indica qué características son comunes a los aerosoles condensados (método de acción o partes generales entre otras características) y cuáles dependen de cada fabricante y producto (distancias de seguridad, concentraciones para la efectividad de la extinción). Además, estos estándares también determinan los métodos de prueba.