DETNOV nos habla de los retos a los que se enfrentan los sistemas de detección y alarma de incendios.

En el último cuarto de siglo pasado se estableció la estructura normativa de sistemas de detección y alarma de incendios de la cual se ha dotado a Europa. Una arquitectura que se construye sobre la base introductoria que define la EN54-1 y que anticipa las partes y la finalidad de cada uno de los componentes del que denominamos un sistema de detección y alarma de incendios.
Esta estructura se elaboró con el fin de establecer un modelo europeo común y define la función de un sistema de detección de incendios que es la de detectar incendios con la máxima anticipación posible y emitir las señales para llevar a cabo las acciones de protección adecuadas.

El foco principal del desarrollo de los productos de detección y alarma y, en consecuencia, la normativa asociada, ha sido la de dotarlos de mayor fiabilidad, consistencia, disponibilidad y accesibilidad en el momento de uso. Por eso, de acuerdo con la regulación del producto se han desarrollado recomendaciones, o reglamentos de aplicación que definen diseño, instalación, puesta en marcha y el mantenimiento.
El efecto del fuego implica daños que pueden ser irreparables en el ser humano y comportan costes sociales y económicos, como la suspensión de la actividad actual y futura. Muchas empresas que sufrieron incendios en sus instalaciones vieron, no solo paralizado su crecimiento, sino que en un periodo de entre 1 o 5 años tuvieron que cesar su actividad.

Los sistemas instalados son todavía muy parecidos a los que se desarrollaron en este último cuarto de siglo, pero, lo queramos o no aceptar, se producirán cambios profundos y las regulaciones y el sector se tendrá que adaptar. Es sencillamente un hecho innegable que el cambio está aquí y el sector se tiene que apresurar y convertirlo en una ventaja.
Nuestra misión sigue siendo identificar el posible incendio sin retrasos, con la mayor precisión y certeza, poniendo en marcha cuanto antes los mecanismos de autoprotección e intervención.

Tecnología de sensores

El único elemento actual de detección de incendios de propósito general es el detector óptico. Este es un detector que funciona bien en fuegos de progresión lenta, sin gran carga térmica y es menos eficiente cuando el incendio es abierto. Para mejorar su respuesta los fabricantes han propuesto soluciones diversas como la inclusión de otras tecnologías en combinación con algoritmos en la central o en el propio detector que, según el escenario, anticiparán su respuesta.

Aun así, el nivel de innovación en la tecnología de LEDs es sorprendente en todos los campos, especialmente se dispone ahora de diodos de alta intensidad luminosa y en diferentes longitudes de onda. Ahora se consigue una mayor cantidad de luz reflejada dentro de la cámara y con esto una mayor resolución y sensibilidad con unos costes más asequibles desplazando técnicas más costosas como el uso de láseres.
Hoy, los sensores proporcionan más información, se analizan más datos para la toma de decisiones y se incorporan más tecnologías.

Durante muchos años el mayor esfuerzo se realizó en el desarrollo de sistemas más fiables. Este a sido el propósito de los sensores de múltiple tecnología. Detectores más específicos que tiendan a reducir el problema de las falsas alarmas. Hay que reflexionar porque en este país este esfuerzo de innovación tecnológica no tiene el eco que haría falta.
En el pasado los algoritmos de decisión se alojaban en el equipo de control e indicación, central de incendios. El elemento de tratamiento de la información se alojaba en la central. Con el tiempo esto exigía recursos y comprometía la fluidez del sistema, de forma que, con la inclusión de controladores en los detectores se empezó a hablar de inteligencia distribuida.

Las centrales han ido incorporando algunos algoritmos de ajuste que permiten adecuar la respuesta a las condiciones de la instalación. Condiciones de coincidencia o cooperación. En cualquiera de los casos se procura incrementar la fiabilidad y, cuando es posible, anticipar la respuesta en función del comportamiento de otros sensores instalados en el mismo entorno. Es evidente que cada vez se exigirá de los sistemas una mayor capacidad de procesamiento de datos. En estas condiciones es más que probable que los sistemas de tipo convencional desaparezcan del mercado. Estos no ofrecen ninguna precisión y no permiten un tratamiento posterior de la información. Las diferencias de costes entre sistemas no justificarán su existencia.

Compatibilidad e integridad de los sistemas

La proliferación de soluciones que es posible interconectar crece constantemente. La complejidad de los sistemas que se integran requiere automatización de los procesos y gestión del flujo de datos. Es fácil comprender que en algunas ocasiones los elementos integrados serán suministrados por diferentes proveedores o fabricantes con la posibilidad de conflictos de compatibilidad.
Podríamos suponer que esto no pasará cuando el fabricante del producto es el mismo, sin embargo, los certificados de aprobación particulares para cada producto no establecen ningún ensayo que verifique la consistencia de un sistema que tiene que ser eficaz en su conjunto.

El aplicador del sistema puede encontrarse con dificultades al asumir en primera persona la compatibilidad de las diferentes partes. Sobre todo, puede encontrarse en un serio compromiso cuando todos estos elementos se unen en un único sistema, quizás en red , seguramente integrado a un BMS o con la responsabilidad de gestionar innumerables procesos de control que se deriven de la gestión de alarma, de las averías o en el decurso de los procesos de mantenimiento.

Por eso, los fabricantes tienen que apoyarse en los requerimientos de la EN54-13 y establecer claramente los tipos y los límites. Esta declaración determina que elementos y con qué dimensión los elementos rendirán sin limitar la seguridad ni la estabilidad del sistema. Respondiendo o actuando dentro de unos tiempos operativos mínimos y respetando los criterios de seguridad en caso de fallo, de acuerdo con su tipo y las reglas de tolerancia a fallos y supervisión habituales por los sistemas de detección y alarma de incendio.
Hay que determinar la compatibilidad e integridad de cada uno de los componentes e incluirlo en un certificado extendido por un laboratorio acreditado, no solo porque lo exige el reglamento que sea aplicable, RIPCI, sino porque somos (fabricantes, ingenierías e instaladores) responsables de aplicar sistemas que con toda seguridad protejan a nuestros clientes y sus negocios.

Digitalización, 5G y cambio de modelo

Algunos estudios auguran que es factible un escenario en el cual una, se recoja información multi sensorial, esta será analizada por un servidor remoto o en la nube y considera diferentes factores cambiantes para determinar con toda probabilidad si hay un incendio, avisará a los servicios de emergencia u ocupantes o personal interno, suministrando información precisa de la ubicación, accesos, la evolución del incendio o la presencia de ocupantes.

Mientras tanto esto no se produce, se incorporan a los sistemas de detección y alarma soluciones de servicios adicionales, por ejemplo, desde la nube. Con los cambios incluidos en el RIPCI, es posible desarrollar servicios adicionales asociados.
Estos servicios facilitarán la transparencia y será fácilmente auditable el desempeño de las acciones realizadas, así como los tiempos de ejecución y la reducción de los tiempos de interrupción.
Todos conocemos casos de modelos de negocio que han cambiado drásticamente con el progreso de las plataformas y los sistemas de movilidad. El caso de Blockbuster o las tiendas de videos es bastante conocido y recurrente. Vemos que el impacto en numerosos negocios está siendo impresionante. Del mismo modo, hay que esperar que este fenómeno tecnológico nos afecte seriamente, hace falta pues que el sector entienda el cambio y tome posiciones.
Los servicios en la nube reducen los costes de inversión para el usuario que no tendrá que invertir en equipación, ni en el desarrollo o actualización de software. Según los acuerdos con su proveedor pagará por uso solo mientras le hace falta.
Con la nube es mucho más fácil guardar datos, compartir con otras aplicaciones o realizar integraciones. La gran ventaja de estos sistemas será el análisis de los datos agregados que permitirán anticipar acciones para mantener la continuidad del servicio, mejorar la productividad o las prestaciones de los productos. Se ofrecen servicios a la medida del usuario según este sea el mantenedor, el propietario o los servicios de emergencia.
Ningún sector evitará el impacto del desarrollo de las plataformas y tecnologías de movilidad, más aún con la llegada de la 5G y más tarde 6G con capacidad de gestionar terabytes de información por segundo.