Ciclo de entrevistas a nuestros asociados
Quién es quién en el Clúster de Seguridad Contra Incendios
Daniel Campos
No existe una mentalidad arraigada sobre la importancia de la protección contra incendios, pero sí una voluntad de mejora de todas las partes implicadas a favor de una mejora tecnológica.
¿Cuál es el cargo que ocupas dentro de tu empresa y cuál es tu trayectoria dentro del sector?
Soy el responsable de la división de Incendios de Casmar des de 2012. Casmar fue mi primera empresa dónde empecé a trabajar como a técnico de reparaciones en 1996. Después de 4 años, marché al sector del audio durante 7 años, después en el sector de las certificaciones un año y finalmente volví como a técnico de detección de incendios en Casmar en 2008. Desde entonces ya no he dejado el mundo de la PCI.
¿Cuál es vuestra actividad principal?
Casmar ha tenido siempre un objetivo claro: aportar valor al sector de la seguridad y al cliente, especialmente en todo lo relacionado con vídeo, intrusión, incendio y control de accesos. Evidentemente, lo que se define como valor, en los más de 40 años de trayectoria, ha ido variando, pero nuestro objetivo no. Trabajamos de acuerdo con nuestros valores, para ser innovadores, proponer soluciones de calidad, identificar tendencias en el mercado y ofrecer el mejor servicio a nuestros colaboradores y, sobre todo, a nuestros clientes. Por eso, tenemos un extenso catálogo para cubrir soluciones desde un entorno residencial o edificios corporativos hasta Smart Cities, retail, industria e infraestructuras críticas, centros de control y más.
¿En qué zonas estáis trabajando?
Desde la fundación de la empresa en el año 1978, la sede central está ubicada en Barcelona. Aun así, con los más de 40 años de trayectoria, Casmar ha ido creciendo y hoy en día tiene diversas delegaciones en toda España y oficinas en Portugal, Chile y Colombia.
¿Si te preguntamos, cuál es la fortaleza o especialidad que caracteriza tu empresa, que nos respondes?
En Casmar somos expertos en seguridad y buscamos, constantemente, maneras de aportar valor al cliente. Esto implica no solo aportar soluciones y productos innovadores, o colaborar con fabricantes reconocidos de vídeo, intrusión, incendio y accesos, sino que implica acompañar al cliente desde la detección de la necesidad hasta la puesta en funcionamiento de las instalaciones.
Para esto, es muy importante, por ejemplo, el desarrollo y la formación interna de los comerciales, para poder asesorar con conocimiento al cliente en la toma de decisiones, y del equipo técnico para resolver con rapidez las dudas que puedan surgir en el momento de la instalación o a posteriori.
¿Invertís en innovación? ¿Quieres destacar algún proyecto?
La tecnología aplicable a la seguridad evoluciona cada vez más rápido y hace que nazcan nuevas tendencias y posibilidades para un sector que es cada vez más imprescindible. Actualmente, ya existen diversas soluciones que integran sistemas de Inteligencia Artificial, Machine Learning y Deep Learning, que nosotros denominamos Smart Security. La incorporación de estas tecnologías permite transformar una solución de seguridad de pasiva en activa, minimizar el error humano y conseguir una seguridad más integral y fiable.
Con la crisis de la COVID-19 todavía coleando, ¿Cuáles son los retos más inmediatos que tenéis por delante y que líneas de trabajo estáis empezando?
El sector de la seguridad es esencial en el desarrollo de una crisis sanitaria como la que estamos viviendo. Ante las nuevas necesidades existentes, y que van surgiendo a consecuencia de la crisis, el sector se debe adaptar de manera rápida para ofrecer a los clientes las soluciones adecuadas. Se requiere, además, una gran colaboración y compromiso con las diversas empresas que componen la cadena de valor para asegurar el desarrollo, disponibilidad y funcionamiento de los sistemas de seguridad. Hemos experimentado un claro ejemplo de que las empresas hemos de ser ágiles para afrontar cualquier eventualidad, por muy imprevista que sea. La vuelta a la normalidad es otro reto en el cual tendremos que utilizar nuestra capacidad de reinvención. Esta crisis ha demostrado que la seguridad privada es un servicio esencial para la sociedad. Al final, la misión intrínseca de todos los que formamos parte de este sector es garantizar la protección y el bienestar de la sociedad, en su sentido más amplio.
¿Qué os ha aportado el CLÚSIC como empresa? ¿Y vuestra empresa al CLÚSIC?
El Clúsic nos ha hecho ver la existencia de una asociación de empresas del sector dinámica, con mucho empuje y con muchas ganas de hacer las cosas bien. En mi caso, me ha hecho ver que hay mucha más gente que trabaja para conseguir una mejor profesionalización del sector y además, nos ha aportado mucho conocimiento de desarrollo de actividades, especialmente respecto a elaboración de documentación, dónde hemos aprendido mucho.
Desgraciadamente, como somos “jóvenes” como asociados al Clúsic, no tenemos claro que todavía hayamos aportado muchas cosas al resto de socios, aunque tener presencia en los grupos de trabajo o empezar a desarrollar proyectos cruzados con otras empresas, se podría calificar como un comienzo.
¿Cuáles crees que son los retos más importantes que el sector de la seguridad contra incendios tiene por delante?
Actualmente el sector de la PCI se encuentra en un momento de cambios. Después de años de necesidad de introducir mejoras en los ámbitos normativos, tecnológicos y económicos, la aprobación del nuevo RIPCI en 2017, supuso un impulso en el sector, en términos de profesionalización y actualización normativa.
La pandemia ha supuesto un freno importante. En épocas de crisis es uno de los sectores que sufre más desinversiones, dado que no existe una mentalidad arraigada, desgraciadamente, sobre la importancia de la protección contra incendios, pero sí una voluntad de mejora de todas las partes implicadas, como fabricantes, instaladores, etc., con la finalidad de apostar por una mejora tecnológica en los equipos y en los procesos, tal como se ha hecho en otros ámbitos de la seguridad. De hecho, se está trabajando intensamente para introducir, en un futuro próximo, una serie de cambios importantes al respecto.
Sin duda, esta es la mejora que necesita la PCI, una actualización tecnológica en muchos aspectos tales como las comunicaciones, monitorización de los sistemas e implantación de IoT, que actualmente se utilizan ampliamente, pero que no se han consolidado todavía en la gestión de la detección contra incendios.