MS CONSULTORS nos explica como, gracias a un buen diseño inicial en fase de proyecto, podemos conseguir un ahorro económico y de recursos importante en las instalaciones de protección contra incendios.

Para poder entregar una instalación de protección contra incendios hay que haber completado un proceso que consta de diferentes etapas. Una de ellas es la de diseño y redacción del proyecto.

Cuando una ingeniería recibe el encargo por parte de una propiedad de realizar un proyecto ejecutivo es muy común que se encuentre en una de las siguientes situaciones:

  1. Indefinición de las condiciones de partida del edificio en el caso de obra nueva, la cual cosa dificulta la realización de un proyecto realista.
  2. Carencia de conocimiento de la normativa de diseño de las instalaciones de protección contra incendios. En este caso, la ingeniería acostumbra a elegir una de las siguientes opciones:
  3. Asesorarse con alguna empresa especialista en el diseño de instalaciones como pueden ser empresas instaladoras, fabricantes u otras ingenierías y consultorías del ámbito de la protección contra incendios.
  4. Realizar un proyecto con un diseño básico y unas mediciones sobredimensionadas.

En función de cuál haya sido el método de creación del proyecto, el camino hasta a la puesta en marcha y entrega de la instalación tomará rumbos muy diferentes.

En las situaciones 1 y 2b, el denominador común es que lo que no está medido y definido no se puede controlar ni mejorar. Por tanto, en la fase de adjudicación y ejecución de la instalación es más que probable que aparezcan desviaciones económicas significativas.

En cambio, en la situación 2a se consigue un proyecto realista, posible y ejecutable que no solo tiene en cuenta la normativa de diseño requerida para cada instalación (UNE, NFPA, FM, etc.), sino que también conoce los criterios que hay que aplicar a cada una de ellas.

Este trabajo previo de estudio y análisis para conseguir un buen diseño inicial normativo de la instalación se traduce en beneficios, algunos de estos pueden ser:

    • Valoración de todas las partidas necesarias para la ejecución de la instalación.
    • Conocimiento del importe de la instalación.
    • Planificación de los trabajos a ejecutar.
    • Minimización de los replanteos.
    • Optimización de equipos a instalar.
    • Complimiento de los requerimientos de las aseguradoras.

Realizar un cálculo hidráulico de base con programas específicos (Omnicad, HASS, entre otros) sirve para obtener un dimensionado de la instalación optimizado y adaptado a las necesidades reales del edificio.

En el caso concreto de las instalaciones de rociadores, realizar un cálculo hidráulico con software específico (Omnicad, HASS, entre otros) de base sirve para obtener un dimensionado de la instalación optimizado y adaptado a las necesidades reales del edificio a proteger: diámetro de las cañerías, orientación de la malla, tipología de rociadores a instalar, reserva de agua y grupo de presión.

Se puede concluir por tanto, que la inversión en la definición de la mejor solución técnica en fase de proyecto de la instalación es un ahorro económico y de recursos para la empresa instaladora, la propiedad y el usuario final.

 

Figura 1. Detalle área de operación

Figura 2. Extracto del cálculo HASS (Hydraulic Analyzer of Sprinkler Systems)