José Luis RUMBO de CISA – Allegion signa aquest article sobre les portes tallafocs i els seus elements


 

Seguro que todos tenemos en nuestra memoria reciente el incendio que asoló la Torre Grenfell en Londres, en donde quizá un cúmulo de circunstancias,  un revestimiento sin garantías, la falta de rociadores en el edificio, intervención tardía de vehículo de bomberos… dio lugar a enormes tragedias personales y materiales.

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A nosotros también nos llegan las dudas.

A pesar de vivirlo desde otro país  también sentimos pena,  impotencia o rabia y con ello también las dudas, ¿podría pasar lo mismo en las otras torres cercanas o en edificios de nuestro país?, aunque no cercano en el tiempo si tenemos vivo el recuerdo del edificio Windsor en Madrid. ¿Qué ha fallado para que esos incendios fuesen tan devastadores?

Centraremos este artículo hacia la táctica de la prevención y no hacia la táctica de la respuesta. En una situación de catástrofe, un buen sistema de prevención nos ayudará a ganar tiempo, tiempo para intentar ponernos a salvo y tiempo también para evitar que el fuego se extienda de forma descontrolada.

Uno de los elementos más importantes en la protección pasiva y en la que a veces no prestamos la atención que se merece, es un buen sistema de puerta corta fuegos.

Sabemos que la puerta cortafuegos, impedirá la propagación del fuego durante un determinado período de tiempo, por lo que nos ayudará de forma pasiva en la tarea de contención.

 

Lo importante de una puerta corta fuegos no es tenerla, es que funcione.

Por normativa, las puertas cortafuegos han de proteger de la propagación durante 30, 60, 90 y 120 según el ensayo realizado y la clasificación alcanzada, sin embargo si no están funcionando correctamente, no importan esas normativas ni las duraciones estimadas, pues el fuego tendría opción de salir de control y causar daños devastadores. Para poder garantizar esos tiempos de protección, los herrajes tienen un papel muy importante.

El uso de las puertas cortafuegos será parte de la vida diaria en muchos edificios, sin embargo no hay garantías de que no van a ser mal utilizadas, por lo que de forma proactiva hay que realizar inspecciones periódicas y verificar el correcto funcionamiento de sus herrajes, señalización de evacuación y uso de la puerta clara y visible… buscando que todas las puertas estén aptas al 100% para la función de protección pasiva contra el fuego.

Una puerta cortafuegos en la que sus componentes no funcionen correctamente, no realizará la función para la que ha sido diseñada e instalada.

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 Edificios con protección

 

Elementos que podemos vincular a las puertas cortafuegos.

Todas las puertas cortafuegos han de estar equipadas con dispositivos cierrapuertas certificados (incluso las puertas cortafuegos de armarios técnicos o de servicio, que además tendrían que estar cerradas con llave).

Hemos de tener presente que una puerta cortafuegos puede llegar a ser un elemento muy pesado y podría ser difícil de manipular por personas mayores, por niños, o por discapacitados. Ante esta dificultad de manipulación puede hacernos caer en la tentación de bloquear manualmente las puertas (con cuñas u otros objetos), dejándolas abiertas buscando facilitar el movimiento y el acceso pero perdiendo totalmente su funcionalidad en caso de incendio. Ese tipo de acciones están totalmente prohibidas.
Imatge_4Una opción para el bloqueo abierto de una puerta,pueden ser los retenedores electromagnéticos (autónomos o integrados en cierrapuertas), que conectados a una alarma podrán liberar la puerta.

Otro elemento que nos puede ayudar e incluso aumentar la funcionalidad de la puerta cortafuegos son las barras antipánico electromecánicas cuando disponemos de un sistema de control de accesos.

 

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En el constante desarrollo de las funcionalidades, existen este tipo de productos motorizado,  que permiten el control de acceso desde el exterior mediante el uso de un motor eléctrico para controlar la apertura.

 

Siempre “Más vale prevenir que lamentar” (refrán popular).